Pese a la normalidad con que los manejamos y a la existencia de buenas prácticas de manipulación, el riesgo de sufrir accidentes existe y no es despreciable.
Además y aunque se trate de minimizar sus efectos, los productos químicos afectan negativamente al medioambiente.
Ya sea a los cursos de agua, suelos o al aire que respiramos.
En mucho de los casos es inevitable, aunque no deseado, tener que trabajar con solventes orgánicos, ácidos, álcalis, oxidantes y reductores fuertes, alcoholes y otros productos agresivos.
Sin embargo hay situaciones, más comunes de lo que pensamos, en las cuales es posible sustituir estos químicos por productos inocuos para las personas y el medioambiente.
“Si el químico no es un precursor o no se incorpora al producto final, hay una gran probabilidad de que pueda ser reemplazado por otros compuestos menos agresivos”
Actualmente y gracias al avance en la agroquímica y la biotecnología, es posible obtener productos de muy alto desarrollo, y por ello muy específicos, a partir de cultivos tales como el maíz, la soja, colza y otras plantas (¿desea saber más?)
Estos productos ecológicos naturales actúan como surfactantes, solventes y lubricantes muy efectivos siendo al mismo tiempo total y rápidamente biodegradables.
Solo mencionamos alguno de los beneficios que obtendrá por reemplazar productos químicos tóxicos y peligrosos por productos ecológicos naturales…
- > Alta eficacia en las aplicaciones y tareas a las que se destinen,
- > No atacan los materiales en contacto con ellos,
- > Riesgo cero de accidentes del personal encargado de manipularlos y usarlos,
- > Comodidad total de uso por parte del personal (no necesitan perder tiempo y sentirse incómodos por usar máscaras, guantes, gafas y ropas especiales) y por ello mayor productividad,
- > Reducción drástica en el volumen de los residuos peligrosos generados y por ello en el coste de su gestión.